MELÓN I, ‘Cucumis melo’, planta cucurbitácea y su fruto; del lat. tardío MELO, -ĶNIS, íd., abreviación del gr. μƓλοπέπων ‘especie de melón’, compuesto de πέπων ‘melón’ y μŲλον ‘manzana’.

1.ª doc.: h. 1400, glos. del Escorial.

Está también en APal.: «melo es un linaje de fruto, y dízense melones por la dulçura, y éste se llama popón y en el vulgo le llamamos melón», (263b); Nebr: «melón, fruta conocida: pepo». Aut. trae ejs. del S. XVI. Del mismo origen, cat. meló, oc. y fr. melon, mientras que el port. melão se revela como cultismo y puede serlo también el it. antic. mellone (lo común ahí es popone, de donde ha de ser préstamo el popón de APal.). Es posible que sea cultismo más o menos antiguo en todas partes, pero es difícil averiguarlo: en francés ya se documenta en el S. XIII, y la e semimuda indica considerable antigüedad en el uso popular. Comp. PEPINO y SANDÍA.

DERIV.

Melonar [Nebr.]. Meloncete. Meloncillo de olor. Melonero.

Melinita, deriv. culto del gr. μƲλινος ‘de color de manzana’, otro deriv. del citado μŲλον.

CPT.

Melocotón [1513?, G. A. de Herrera, no sé en qué ed., Aut.], fué primero el nombre de una variedad de durazno, engendrada mediante el injerto de este árbol en un membrillo1, mientras que hoy en España se ha convertido en el nombre genérico del árbol y el fruto que en América se llaman todavía durazno, ‘Persica vulgaris’: tomado del lat. malum cotonium ‘membrillo’ (con e debida al influjo de melón); el lat. malum es ‘fruto’ en general y ‘manzana’ en particular (tomado del gr. dial. μĘλον, gr. μŲλον ‘manzana’), y cotonium es el nombre específico del membrillo; melocotonar; melocotonero. Melolonta, tomado del gr. μƓλολóνȎƓ íd., propiamente ‘destructor de manzanos’, compuesto de ƺλλύναι ‘destruir’ y μŲλον ‘manzano’.

1 Así lo explican también Laguna (1555): «es el melocotón verdaderamente un durazno bastardo, porque nace del durazno y del membrillo enxertos el uno en el otro» (Dioscórides I, cap. 31, n.); y Oliva Sabuco (S. XVII): «vemos degenerar los hijos de los padres en salir mejores y más virtuosos, o salir peores y más viciosos, como resulta el melocotón del durazno y membrillo, y como resulta el animal crocuta, arriba dicho, de hiena y leona» (RFE XIV, 44). En Sánchez de Badajoz (2.° cuarto del S. XVI) hay una variante antigua: «y las albérchigas sanas, / priscos y malacatones, / y duraznos a montones» (RFE IV, 19), que es forma empleada todavía por Sarm. como correcto castellano y ya con carácter genérico de todas las variedades (como nombre gallego de las distintas variedades, da pexegos, duraznos < [cast.], con subvariedad molares, borrachos, malacatons, pavías y otros, CaG. A14r). Malacotonia en APal. 260d figura sólo a título de voz latina; val. «malacotons: cydoni persicum» 1575, On. Pou, Thes. Pue., 62. Trasm. mèlgotão «péssego» (RL V, 97), alto-arag. maragatón, maracatón (RLiR XI, 105). Acaso derive de ahí gall. maragote ‘pez parecido al pinto, pero no son coloradas sus pintas’ (Sarm. CaG. 81v) (¿influjo del traje vistoso de las maragatas?). Interpretación defectuosa de los nombres del melocotón en G. de Diego, Contrib., p. 113.